Saltar al contenido

DesMotivación

03/12/2008

Pobre Perro Pobre

Pobre Perro Pobre

Walid llega a las nueve menos cuarto, es el colega de Alex, son ambos niños de ocho noviembres. La temperatura de hoy es baja, la sensación térmica muy fría. Abrigados hasta las orejas, salimos.

En el rellano de la escalera se guarecen del temporal unos adolescentes encapuchados y cargados con mochilas llenas de libros por estudiar; teclean sus móviles entre risas y exclamaciones magnificadas.

En el exterior nos damos de morros con la mañana envuelta de niebla, las madres llevando a sus hijos al colegio, sorteando el tráfico rodado y las corrientes de aire proveniente de las montañas nevadas. Nos saludan unos africanos que circulan en bicicleta, los árabes marchan en grupos reducidos camino a las obras en busca de unas horas de trabajo, sus mujeres son seres invisibles, camuflados y clandestinos, los chinos caminan pegados a las paredes, reducidos por el tiempo y la escasez de prendas, en silencio y con gran rapidez.

Al pasar frente al local social donde se imparten cursos de formación profesional podemos ver a los muchachos con gorra, sudaderas y pantalones caídos, fumando hachís antes de entrar.

El griterío infantil cesa paulatinamente a partir de las nueve, como si la alegría de la vida fuera absorbida por un edificio que en nada se parece a un templo de sabiduría.

Las calles se vacían y llenan los bares obreros almorzando y parroquianos habituales de café, copa y cigarro. El tráfico mengua un poco y el sol asoma con la perplejidad del testigo mudo.

Otro día nos consume, ¿Ó era al revés? En las televisiones de los bares los políticos debaten sobre los temas candentes. Nadie les presta atención. La crisis económica, el desempleo, la violencia de género, el terrorismo. Aburridos de oír la misma canción desde hace meses, asomando sus caras como en un escaparate a lo largo del mostrador, concentrados para que el local asuma el ambiente de un hogar, temerosos de regresar a una sociedad que les golpea en el alma. Perdiendo su orgullo, muriendo como hombres antes de morir con sus cuerpos de piel y huesos.

No comments yet

Deja un comentario